Cuando quieras comenzar unos estudios de postgrado o pedir una beca, es muy probable que, junto a la solicitud, debas presentar una carta de motivación. En ésta, tendrás que hacer constar con claridad por qué quieres acceder a un programa de postgrado o beneficiarte de una determinada ayuda.
¿En qué se tiene que basar?
En una carta de motivación debes expresar tus proyectos y objetivos, pero sobre todo debes aprovechar el mensaje para explicar esas cosas que no puedes transmitir en un expediente académico o en los datos del currículum. Así, por poner un ejemplo, la persona que quiera estudiar el Máster en Logopedia Infantil y haya leído libros o tratados sobre la materia por su cuenta, lo puede especificar en la carta de motivación. Dicho de otra manera, debes hacer valer tu formación autodidacta y experiencias no profesionales para demostrar tu interés en ese campo del conocimiento.
Clara y concisa
Contagiar tu entusiasmo por iniciar un máster o un postgrado no significa que tengas que escribir una carta excesivamente larga y llena de información innecesaria. Aquí se valora tu capacidad para transmitir las ideas y objetivos que te has marcado para realizar el programa de forma entendedora y sintética, así que es preferible un estilo claro y directo.
Presentación
Como en toda muestra de comunicación formal, la carta de motivación debe hacer gala de una buena redacción con especial atención por la gramática y la ortografía, ya que la presencia de faltas te puede desacreditar. De la misma manera, tienes que respetar el espaciado para entregar un texto limpio y agradable a la vista.
En resumen, la carta de motivación es una herramienta perfecta para que transmitas lo que te ha llevado a escoger tus estudios. Aprovéchala para darte a conocer más allá de tu currículum y sé cuidadoso en su presentación para ofrecer una buena imagen a la persona encargada de leerla.
